En 1914 se construyó el Baychimo, un buque de acero diseñado para soportar el peligroso y hostil clima del Ártico. Su misión era entregar alimentos y suministros a la comunidad esquimal a cambio de pieles. Luego de muchos años sirviendo a su propósito, el 1 de octubre de 1931, el barco quedó atascado en un casquete de hielo, quedando paralizado y sin posibilidad de que la tripulación pueda hacer algo al respecto.
Por suerte no estaban lejos de un pequeño pueblo de Alaska. El capitán ordenó a los hombres caminar sobre el hielo transportando lo que puedan. El capitán se quedaría junto a 15 de los tripulantes esperando un rescate. El invierno era uno de los peores de esos años. Tuvieron que construir un refugio cerca del barco para aguardar a salvo hasta que el hielo se derritiera y así la nave pudiera liberarse.

El refugio. A la distancia el Baychimo

Un par de meses después, una tormenta obliga a la tripulación a quedarse dentro del refugio por muchas horas. Cuando la tormenta se calmó, salieron del refugio y para sorpresa de todos el Baychimo ya no estaba en el lugar. Todos pensaron que se hundió y que no lo verían mas.
Sin embargo, días mas tarde la nave fue vista a 72 km del lugar donde se había atascado inicialmente. La misma tripulación fue a ver y de hecho ahí estaba, era el Baychimo, atascado en el hielo. Nadie supo como fue que el barco se movió tan lejos y solo, aunque de momento ignoraron este hecho. Pensando en que difícilmente el barco soportaría el duro invierno, simplemente recuperaron las pieles que estaban a bordo y abandonaron el lugar.

Tiempo después el barco fue visto en otro lugar, a 300km. Era el Baychimo nuevamente, atrapado en el hielo, en una ubicación distinta a donde se le había abandonado. Se intentó un rescate pero la nave estaba tan atascada en el hielo que no se pudo hacer nada y fue abandonada nuevamente. Así se inició una larga serie de avistamientos del Baychimo.

En los siguientes años y décadas fue visto en numerosas ocasiones, siempre en un lugar diferente. A veces era visto a lo lejos, navegando libremente en la neblina. A veces era abordado, pero cada vez que se intentaba conducir el barco, este se atascaba, o el clima hacía imposible el rescate. Nadie se explicó jamás por qué cuando se lo abandonaba, el Baychimo se ponía a navegar nuevamente para ser encontrado en un lugar distinto cada vez. Fue visto por esquimales, exploradores, por su tripulación, etc. Sus numerosos avistamientos le hicieron ganar el nombre de “El barco fantasma del Ártico”.

Puede parecer increíble que un buque, tripulado por fantasmas o por hombres, podría sobrevivir a la gran fuerza del hielo del Ártico durante más de tres décadas, pero el Baychimo hizo exactamente eso. Su última aparición fue en 1969 y desde entonces no se ha sabido mas de él. No se sabe si se ha hundido o aún navega solitario en el océano.
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Fuente: http://historiaextravagante.com/

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