Es incomprensible para la lógica que la mayoría de ellas se han visto en hangares del ejército o volando cerca de sus bases, y los ufólogos, en lugar de pensar en aeronaves simplemente humanas, han llegado a afirmar que los extraterrestres habían hecho un pacto con los militares, o que pasaban su tiempo espiando nuestras rudimentarias armas.
En ocasiones los platillos volantes estadounidenses han sido vistos fuera del país por gran cantidad de personas. El 23 de julio de 1974 varios pilotos, pasajeros, personal e incluso la directiva del aeropuerto de Bariloche, Argentina, fueron testigos de las evoluciones a baja altura de un platillo estadounidense. Cuando comparamos la borrosa imagen obtenida por un testigo con la de un Avrocar, el OVNI desaparece y se transforma en un objeto perfectamente reconocible.
La Fuerza Aérea Argentina emitió una explicación el 17 de septiembre, en la que se aseguraba que el incidente había sido producido por un avión RB-57 Camberra de la USAF con base en El Plumerillo. No hace falta decir que semejante explicación indignó a los profesionales que vieron el aparato.
El caso de Bariloche tiene un interés especial para la historia aeronáutica, pues, según las fuentes oficiales, el AVZ-9 realizó su último vuelo el 17 de mayo de 1961, tras lo cual fue cancelado el proyecto. ¿Qué hacía 13 años después en otro país?.
Los rumores que corren entre los ufólogos pueden ayudarnos a comprender los objetos desconocidos que cruzan nuestros cielos. De haber hecho caso a los comentarios recogidos por Berlitz y Moore en su libro “El Incidente”, según los cuales un ala circular había vuelto a las pistas en 1974, no habría existido el caso de Bariloche. Es una lastima que los autores pensaran que el platillo era extraterrestre.
Solemos creernos las noticias aparecidas en la prensa y los comunicados oficiales, sin prácticamente poner en duda su autenticidad; especialmente si la noticia aparece en televisión. Esta desinformación es fácilmente identificable en algunas ocasiones, aunque casi siempre consigue su objetivo y nos impide saber con exactitud lo que están haciendo hoy los gobiernos (aunque sí lo sospechemos) Pero al mirar hacia atrás podemos hacernos una idea de lo que encontraremos en el presente y en el futuro. La ufología debería hacer caso al viejo dicho de "quien olvida su historia corre el peligro de repetirla".
Durante la Segunda Guerra Mundial, España se declaró país no beligerante. La frase "no beligerante" nos puede llevar al error de pensar que era neutral, puesto que oficialmente se ayudó al Eje de diferentes modos sin llegar a entrar en guerra. Pese a ello, se acordó con los aliados auxiliar en el norte de África a los aviones que sufrieran problemas.
Y es que "de la verdad el hecho hay un largo trecho". Estados Unidos ha volado las aeronaves más extrañas que podamos imaginar, llevado a cabo pactos con países enemigos y realizado un sinfín de actos aparentemente incomprensibles.
La ufología nació en aquella nación y de allí llegaron testimonios y fotografías que tradujeron "ala circular" por "nave extraterrestre". La mayoría eran confusiones o fraudes pero, sin duda, una parte de ellas tenían como base los prototipos y las aeronaves experimentales.
Con el tiempo los OVNIS estadounidenses se presentaron con las más variadas formas y sería interminable explicar una a una. De todos modos hablaré en concreto de los llamados "cigarros puros"; naves con ventanillas y alargadas como mísiles.
En 1958, Hall L. Hibbard, vicepresidente de Lockeed, celebró una gira de conferencias por varias ciudades europeas, afirmando que su empresa estaba comprometida, desde hacía años, en una encarnizada competencia con Douglas y Boeing por construir un avión comercial de despegue vertical sin alas que volaría a 3.000 Km/h. Cuando se le preguntó por la patente número 2802333 solicitada por dos de sus ingenieros, Price y Hawkins, se negó a formular comentarios. De todos modos aclaró que el proyecto estaba planteado para siete años, y que hasta 1970 la aeronave no realizaría el primer vuelo transatlántico.
Durante más de una década una parte importante de la industria aeronáutica estadounidense estuvo comprometida en la creación de "cigarros puros". En este campo es de destacar el trabajo del alemán afincado en Estados Unidos Alexander Lippisch, entonces jefe de proyectos aerodinámicos de Collins Radio Co.
Lo más curioso es que este aparente secreto no era tan secreto como puede pensarse a primera vista. Lippisch publicó al menos dos artículos sobre sus trabajos en Interavia, Una nueva fórmula: El aerodino (nº 1 - 1958) y Reflexiones sobre el aerodino (nº 5 - 1960), lo que consiguió hacer famosos sus diseños en todo el mundo. Pero los ufólogos permanecieron con la venda extraterrestre tapando sus ojos, pese a que la revista presentaba esquemas iguales a los "cigarros puros de otros mundos"; incluidos, si nos fijamos bien en las imágenes, detalles como la entrada de aire al motor situada debajo del aparato o las famosas ventanillas que dieron pie a más de un chiste sobre autobuses turísticos interplanetarios.
Bastaba que una aeronave no tuviese alas para decir que era extraterrestre. Posiblemente varias personas llegaron a fotografiar los secretos aerodinos durante sus vuelos de prueba, lo que unido a la experimentación con mísiles creó entre el público la leyenda de los "cigarros puros extraterrestres”. Un mito potenciado por George Adamski, un exótico personaje, que se encargó de hacer correr ese y otros muchos rumores.
Como era de esperar cuando alguien veía una aeronave sin alas y, además, en un país que no era Estados Unidos, enseguida creía estar viendo algo alienígena. A finales de los cincuenta, retomando un viejo proyecto alemán de la guerra, se comenzó a trabajar en el Dyna-Soar, una nave que ha culminado en el famoso trasbordador espacial. Se trataba de un cuerpo sin alas con capacidad de volver a la tierra y aterrizar evitando los laboriosos rescates de las cápsulas en alta mar.
Las empresas se lanzaron a la investigación, y pronto presentaron algunos cuerpos sustentadores sin alas que les molestasen en su reentrada a la atmósfera. Pero eso sí, todos compartían una doble cola. El 16 de septiembre de 1965, mientras los técnicos de Northrop se encontraban en España, más de 300.000 testigos observaron sobre el cielo de Valladolid y las localidades cercanas un OVNI triangular de doble cola, y el padre Antonio Felices del colegio Dominicos llegó a confeccionar un dibujo ya clásico en la historia de la ufología española.
Acuerdos secretos pueden permitir que prototipos estadounidenses sean probados en otros países. España ha mantenido una tradicional relación cordial con esta nación y entre los acuerdos bilaterales parece imposible que nunca les hayamos dejado ensayar sus aparatos en nuestro suelo, sobre todo sabiendo que otros países lo han hecho; basta recordar el caso de Bariloche en Argentina.
Una de las premisas usadas por la ufología para apoyar la hipótesis extraterrestre es presentar imágenes de aparatos similares captados en países diferentes ¿Cómo iba a estar volando un prototipo americano sobre Alemania o Rusia? La explicación clásica ha sido que otra raza llegaba a nuestro planeta visitando los lugares del mundo más separados entre sí. Lo cierto es que diferentes países han trabajado en la misma clase de aeronaves al mismo tiempo. Un buen ejemplo fueron las "camas voladoras" en la era en que se desarrolló el despegue vertical o más modernamente los aviones invisibles al radar.
Entre ellos destaca el Luciérnaga europeo, pues se trata de un trabajo secreto del que pocas personas estaban enteradas. Sus prestaciones eran muy superiores a su homólogo estadounidense, el F-117, tanto en combate, velocidad y maniobrabilidad, como en invisibilidad electrónica, pero el ejército alemán fue obligado a suspender su desarrollo.
A nadie se le ocurriría creer que los gobiernos y los militares no mantienen investigaciones reservadas que se ocultan al gran público, sea por seguridad nacional, por impedir el espionaje o porque rayan en la ilegalidad. En realidad la información facilitada es amplia y ha permitido encontrar explicación a muchos hechos presentados en su día como extraterrestres, especialmente las llamadas “oleadas OVNI”.
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Fuente: http://lacaraocultadelosovnis.blogspot.com/
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